Miguel Cabrera y los jesuitas, en la construcción de la cultura mexicana
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Miguel Cabrera y los jesuitas, en la construcción de la cultura mexicana
La exposición estuvo vigente de agosto a octubre de 2017
Casa ITESO Clavigero
Entrada libre
En 2017 el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, celebra 60 años de su fundación, por tal motivo durante poco más de un año organiza una serie de actividades culturales, artísticas y académicas que expresen y fortalezcan el sentido humano y social de nuestra universidad.
Como parte de las celebraciones el ITESO, coorganizó con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Museo Nacional del Virreinato, la exposición Miguel Cabrera y los jesuitas, en la construcción de la cultura mexicana.
La exposición estableció las formas de colaboración entre el pintor Miguel Cabrera y la Compañía de Jesús, así como el interés de ambos por crear un arte capaz de conmover los sentidos, por ejemplo, los trabajos que realizó por encargo de la orden ignaciana, en especial para el templo de San Francisco Javier del Colegio de Tepotzotlán, en los cuales subyace la influencia del tratado de perspectiva del jesuita Andrea Pozzo, como menciona la curadora de la muestra Verónica Zaragoza. Además del uso de fuentes europeas para elaborar el programa iconográfico y estético de Tepotzotlán, la exposición da cuenta de la participación del pintor Cabrera en la proclamación de la Virgen de Guadalupe como patrona de la Nueva España, así como algunas obras de santos y devociones jesuíticas.
La exposición reunió alrededor de 30 piezas que difícilmente se verán juntas otra vez en la ciudad, no solo de la autoría de Cabrera, sino de otros pintores novohispanos, así como libros y tratados de la época de distintos autores. Entre ellos destaca el original de 1719 del tratado de Andrea Pozzo sobre la perspectiva, que pertenece a la Provincia Boliviana de la Compañía de Jesús.
Miguel Cabrera nació en Antequera, Valle de Oaxaca y fue el pintor novohispano más reconocido de mediados del siglo XVIII. Trabajó para laicos, órdenes religiosas y clero secular; fue nombrado pintor de cámara del arzobispo de México, Manuel José Rubio y Salinas, y alcanzó una holgada posición económica al final de su vida.
Miguel Mateo Maldonado y Cabrera incursionó en ámbitos escasamente accesibles para un artista de la época. Fue miembro de la Congregación de la Purísima Concepción, la más importante de la Compañía de Jesús en la Ciudad de México. El artista se esforzó por que la pintura fuera reconocida como "arte" y no sólo como un oficio. Formó un vasto taller que le permitió producir obra para diferentes órdenes religiosas, así como para personajes destacados, como el arzobispo de México, y para una amplia clientela particular.
La exposición contó con la colaboración de la Universidad Iberoamericana, de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, del Museo de Arte Sacro de Guadalajara, así como de coleccionistas particulares.
Fue inaugurada con una conferencia a cargo de la curadora y directora del Museo Nacional del Virreinato, Verónica Zaragoza, y el historiador Alfonso Alfaro.
Sobre Verónica Zaragoza
Es licenciada en Historia del Arte y maestra en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana. De 1994 a 1996 fue responsable de las salas "Pintura novohispana" y "Artes aplicadas en Nueva España" en el Museo Soumaya (Plaza Loreto). En 1999 ingresó al Museo Nacional del Virreinato como investigadora contratada y desde 2002 es profesora investigadora de tiempo completo y titular del proyecto "Catalogación del acervo". Ha realizado diversas exposiciones permanentes y temporales y su principal tema de investigación es el arte de la Compañía de Jesús.
Sobre Alfonso Alfaro
Es historiador y antropólogo, doctor por la Universidad de París, su tesis fue dirigida por Michel de Certeau, y con una disertación dirigida por Roland Barthes se diplomó también del Colegio de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París. Desde 1988 es director del Instituto de Investigaciones de Artes de México y el autor frecuente en esta casa editorial, entre sus títulos se puede encontrar: Voces de tinta dormida. Itinerarios espirituales de Luis Barragán, Moros y cristianos. Una batalla cósmica, Los espacios del sazón. La sombrita, el antojo y el altar, y numerosos artículos en varios números de la revista Artes de México. Recientemente le fue concedido el primer doctorado honoris causa otorgado por el Sistema Universitario Jesuita.