¡Se mueve! Mecánica de suelos en la conservación del patrimonio arquitectónico
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¡Se mueve! Mecánica de suelos en la conservación del patrimonio arquitectónico
Enrique Santoyo Villa. Martes 1 de abril de 2014, Casa ITESO Clavigero
"La construcción de la Catedral de México sobre suelos extraordinariamente blandos fue un reto formidable en 1573, año en que comienza la obra. Sus creadores aprovecharon la experiencia que los aztecas habían obtenido con la edificación del Templo Mayor en donde las etapas constructivas superpuestas obedecían a la tradición mesoamericana de sobreponer pirámides nuevas sobre las antiguas durante las fiestas del Fuego Nuevo pero también satisfacían la necesidad práctica de sobreponer etapas constructivas a sus edificaciones con el fin implícito de ocultar las deformaciones que se producían en ellas".
Así inicia un documento elaborado por la empresa TGC que recopila los trabajos para estabilizar el suelo en la Catedral Metropolitana y el Sagrario de la Ciudad de México de 1989 a 2006, y que estuvieron a cargo de un equipo de expertos nacionales y extranjeros, entre los que se encontró Santoyo Villa, director general de esta empresa e invitado al Café Scientifique.
La disminución de los mantos freáticos, las fallas geológicas y los temblores constantes que éstas ocasionan son algunas de las causas que mantienen en riesgo constante algunos importantes monumentos, y lo que mantiene en alerta constante a reconocidos ingenieros como el doctor Enrique Santoyo Villa.
"La Catedral y el Sagrario se conservan hasta el presente gracias a las reparaciones y trabajos de conservación y restauración de las que ha sido objeto a lo largo de más de 300 años. La complejidad de las intervenciones ha ido en aumento con el paso del tiempo debido al daño estructural acumulado, al desplome y a la creciente velocidad con la que aumentan los hundimientos diferenciales", comenta.
Este panorama es la realidad con la que batallan cotidianamente muchos edificios coloniales, no solo en la ciudad de México sino en todo el país. En los últimos años, el doctor Santoyo Villa ha sido uno de los principales protagonistas en las acciones que han dado esperanza a la conservación de la riqueza patrimonial que estos inmuebles representan.
Aunado a ello, la diversidad de tipos de suelo, el intemperismo, los naturales flujos del agua y el viento hacen que muchas obras de ingeniería, como presas, carreteras, puentes y túneles, estén construidas sobre superficies menos estables de lo que podemos suponer y signifiquen una fuente de atención –y en ocasiones preocupación- para los más desarrollados avances tecnológicos, asuntos que serán parte de la discusión.
Sobre Enrique Santoyo Villa
Ingeniero Civil y Maestro en Mecánica de Suelos por la UNAM, realizó estudios en la Escuela de Minas de Colorado y en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte; su constante búsqueda de conocimiento lo llevó a doctorarse en arquitectura, con la tesis "Cimentaciones de templos y conventos de los siglos XVI al XVIII. 25 Casos de comportamiento problemático", por la cual recibió mención honorífica.
Enrique Santoyo Villa es considerado uno de los expertos en mecánica de suelos más reconocidos a nivel internacional. Comenzó su carrera profesional en Solum (filial de ICA), empresa especializada en Geotecnia. Fue investigador durante quince años del Instituto de ingeniería de la unam. En la misma casa de estudios fue profesor de mecánica de suelos durante 20 años.
En 2010 fue galardonado por icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) con el Premio "Federico Sescosse Lejeune", que se le otorgó en razón de sus méritos a favor del patrimonio monumental.
Desde hace casi treinta años ha colaborado en la empresa TGC, tanto en su rama de geotecnia como en la de ingeniería, de las cuales actualmente es su director. Ha participado en más de 2 mil 200 estudios del subsuelo, entre los que destacan los realizados para las presas la Esperanza, en Ecuador, Chicoasen, en Chiapas y la Angostura, en Sonora; los puertos de Topolobampo, Manzanillo y Altamira; el Metro de la Ciudad de México; el subsuelo de Managua, Nicaragua; la Torre Mayor, la Torre Reforma, entre otros. Destacándose entre todos el proyecto de corrección geométrica de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México, trabajo que le valió para ser invitado al Consejo que se encargaba de atender los problemas que presentaba la Torre de Pisa, en Italia.
Es autor y coautor de títulos como: El cómo eléctrico en la exploración geotécnica, Síntesis geotécnica del Valle de México, Campañas de inyección del Palacio de Bellas Artes, Corrección geométrica de la Catedral metropolitana.
Es miembro emérito del Colegio de Ingenieros Civiles de México y miembro de la Academia Mexicana de Ingeniería; ha recibido tres premios del Colegio de Ingenieros de México, la Medalla Fra Angélico por el trabajo de la Catedral y el segundo lugar en el Premio Ingeniería Ciudad de México 2009. Igualmente recibió el premio de ICOMOS compartido con el Dr. Roberto Meli, el premio Francisco de la Maza del INAH junto con nueve arquitectos restauradores y el premio al mérito universitario Antonio Caso, por el Doctorado en Arquitectura, UNAM.
Contacto:
El Café Scientifique ITESO es un espacio de ocio para pensar y platicar la ciencia, que se realiza el primer martes de cada mes en la Casa ITESO Clavigero (José Guadalupe Zuno 2083, entre Chapultepec y Marsella, Col. Americana), a partir de las 19:30 horas. La entrada es libre.
Maya Viesca, coordinadora del Café Scientifique del ITESO, maya@iteso.mx, 3669 3421, 3669 3434 ext. 3101, o con Alejandra Ruíz, coordinadora de Comunicación del Centro de Promoción Cultural del ITESO, aflores@iteso.mx.
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