La visita, Juan Soriano
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La visita, Juan Soriano
Soriano comparte con Luis Barragán y con Efraín González Luna una raíz común: su sensibilidad fue marcada por sus años de infancia en Jalisco
La visita, Juan Soriano
Del 25 de abril al 21 de junio del 2001
La casa González Luna (hoy Casa ITESO Clavigero) la he visto
en muchas ocasiones y siempre me parece que no la conozco.Juan Soriano durante la inauguración de la Casa ITESO Clavigero.
Elegir a Juan Soriano como el artista con el que se inauguró la Casa ITESO Clavigero no fue fortuito. Además de sus sobrados méritos como pintor y escultor, Soriano comparte con Luis Barragán y Efraín González Luna una raíz común: su sensibilidad fue profunda y permanentemente marcada por el hecho de haber vivido los primeros años de su infancia en Jalisco.
Tal vez por eso encontramos en sus actos y obras un sabor distintivo de la cultura de esta región. Un claro ejemplo de ello es la noción de morada que se desprende de los espacios construidos por Barragán, de algunas imágenes creadas por Soriano y del modelo familiar vivido por los González Luna.
Para ellos, la casa es un microcosmos íntimo, un refugio cálido, un territorio atemporal y apartado del resto del mundo. Los puntos de comunicación entre el espacio interior y el exterior están cuidadosamente calculados. Puertas y ventanas entreabiertas permiten el ingreso dosificado de la luz, de la naturaleza y del tiempo.
La exposición tomó su título del cuadro de Soriano llamado La Visita. En él, vemos un esqueleto bañado por una lluvia de follaje, que, surgiendo de una densa luz, se dispone a cruzar el umbral de una puerta. Esta pieza forma parte de una importante serie de cuadros que Soriano pintó durante los años setenta. En algunos aparecen vanos que enmarcan la visita deslumbrada de un árbol o de una bella mujer, en otros vemos puertas que franquean a un pequeño animal a la avasalladora presencia de la muerte.
Además de que los elementos arquitectónicos representados en las obras de Soriano nos recuerdan los órdenes tradicionales de las edificaciones domésticas de la época de la Casa González Luna, sus valores plásticos armonizan con la melancólica poética que Barragán le imprimió a esta edificación.
Esta exposición fue complementada con una selección de esculturas relacionadas formalmente con las imágenes pictóricas, así como un pequeño grupo de naturalezas muertas, tema que ha sido abordado con frecuencia por Soriano.
Las piezas seleccionadas para la ocasión son discretos homenajes a la literatura. Las letras son también un vínculo importante entre los tres personajes implicados en esta exposición, los libros han tenido una presencia central en sus vidas. Es bien sabido que la literatura —a veces aún por encima de la historia de las artes visuales— es una de las fuentes primordiales de la obra de Soriano, lo mismo podríamos decir de Barragán y González Luna.
La Casa ITESO Clavigero además de materializar la profunda identificación estética e ideológica que existía entre dos talentosos personajes, revela el destacado papel que la lectura tenía en sus vidas. De hecho, Luis Barragán creó para Efraín González Luna un hábitat que tiene su eje gravitacional en la biblioteca.
Esta exposición se realizó gracias a la colaboración de Fundación Televisa A.C., el Museo de Arte Moderno, Carlos Ashida, Vicente Rojo y Marek Keller, entre otros coleccionistas.